lunes, 17 de febrero de 2014

CRÓNICA INFANTIL

COVIPRO SAN ISIDRO 55 - COLEGIO LEONÉS CLAA 62

Parciales: 6-18, 9-21, 21-8, 19-15

Árbitros: Corral y Muñoz. 
Eliminadas: Paula y Raquel (San Isidro) y N. Diego (Colegio Leonés)

San Isidro: Paula (5), María (14), Berta (5), Rebeca (8), Raquel (12) - cinco inicial - Ana, Laura (-), Miriam (4), Lucía (7) y Mariam.

Segunda derrota de la temporada para las infantiles en un partido que dejó una sensación agridulce, tras estar cerca de culminar una remontada de carácter.

Comenzamos el partido atenazadas tanto en ataque como en defensa, con exceso de responsabilidad y ansiedad, sabedoras de la importancia del encuentro. Un parcial de 0-8 no hacía presagiar nada bueno y, efectivamente, los dos primeros cuartos fueron un calvario.

Los números definen por sí sólos lo que fueron estos primeros 20 minutos, con un equipo irreconocible sobre la pista: 7 de 39 tiros de campo (con tan sólo 6 intentos desde fuera de la zona), 20 balones perdidos, 39 puntos encajados y 15 anotados nos llevaron al descanso con una desventaja de 24 puntos (15-39).

Pero si algo tiene este equipo es caracter, y nuestras infantiles, lejos de bajar los brazos y "borrarse" del partido, creyeron en sus posibilidades y salieron convencidas de demostarse a sí mismas que son capaces de pelear todos los partidos.

Una salida en tromba nos llevó a conseguir un parcial de 12-3 en los primeros 5 minutos del tercer periodo, llevando la diferencia a una cifra más que asequible para el tiempo de juego restante. Nuestra reacción hizo aflorar los nervios en el equipo visitante, y ahora quienes parecían atenazadas eran ellas. Finalizó el cuarto con el marcador 36-47.

Afrontamos en último periodo con la misma intensidad, jugando al límite y arriesgando tanto en ataque como en defensa, cometiendo algunos errores lógicos cuando se está en esa línea, pero la recompensa llegó cuando, a falta de 1 minuto y 5 segundos nos colocamos a tan solo dos puntos (55-57) y recuperarmos el balón. Lamentablemente, fallamos el ataque y una canasta que entró llorando con adicional acabó con nuestras esperanzas de culminar la que hubiera sido una remontada apoteósica.

La conclusión es clara: ya no hay margen para el error, pero esta derrota nos enseña que jugando al máximo competimos con cualquier equipo, pero que cuando bajamos el nivel, por la causa que sea, somos vulnerablesante cualquier equipo.

¡¡¡AMARILLO Y NEGRO!!!

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